El hinduismo se considera la religión más antigua del mundo, aunque quizás sería más correcto llamarla “un modo de vida” o una filosofía en lugar de una “religión”.
Esto se debe a que es bastante diferente a las otras religiones: no tiene ningún fundador, ni se sabe exactamente cuándo se fundó. Tampoco tiene una “iglesia” o institución que vele por su aplicación, ni un único libro sagrado como las otras religiones, sino varios.
"Om" simboliza lo esencial, la unidad con lo supremo, la Trinidad hindú...
El hinduismo es más bien un conjunto de ideas y prácticas religiosas, filosóficas y culturales que se originaron en la India. Algunas de sus características propias son la creencia en la reencarnación, la concepción de la divinidad o del “ser absoluto” a través de sus múltiples manifestaciones, la ley de causa y efecto y el deseo de liberarse del ciclo de renacimientos. (Las iremos viendo aquí, en este blog, en sucesivas entregas.)
Su origen se mezcla con el de la historia de la India. Todo empezó en el valle de Indo, una de las civilizaciones más antiguas del mundo (contemporánea al Antiguo Egipto y Mesopotamia). Antes de la llegada de los arios, probablemente de Asia central, en el valle de Indo vivian los ‘drávidas’ o la población indígena con sus propias prácticas y creencias religiosas. Después, los drávidas fueron expulsados hacia el sur de la India por los arios. El hinduísmo actual es una mezcla de las creencias, las prácticas y los ‘dioses’ de los drávidas y los arios.
Así, el hinduismo es esencialmente un fenómeno indio, además de ser la religión mayoritaria. En India, quizás más que en cualquier otro sitio, la religión es un modo de vida que afecta a cualquier faceta, por lo que el hinduísmo forma una parte importante de la tradición y se relaciona con casi todas las facetas de la vida.
Pero no es fácil definirlo. Su práctica está basada en las enseñanzas de los antiguos hombres santos y antiguas escrituras como los ‘Vedas’, los ‘Upnishads’, los ‘Puranas’, los poemas épicos como el ‘Ramayana’ y el ‘Mahabharata’ y el ‘Bhagavad Gita’.
Ya no es muy usado el término, pero antes de que apareciera la palabra ‘hinduísmo’, esta fe se llamaba ‘Sanatan Dhrama’, que significa “la fe”, “la religión” o “la regla enterna”. La palabra ‘hindú’ es de origen persa y deriva del río Indo (también llamado Indus o Sindu, ya que los persas pusieron una ‘h’ en lugar la ‘s’).
La palabra ‘Dharma’ significa ‘lo que sostiene el universo en su lugar’ y viene a ser el camino que nos dirige a Dios.
Así, la Dharma hindú se puede comparar con un árbol cuyas raíces representan los Vedas, su tronco representa las experiencias espirituales de los varios gurus y santones, sus ramas representan las varias tradiciones teológicas y las frutas que cuelgan de las ramas serían las numerosas sectas y subsectas.
PRINCIPALES DIVINIDADES DEL HINDUISMO
Parvati, Shiva y Ganesha
Según las escrituras, hay en total 330 millones de dioses y diosas en el hinduísmo. No es de extrañar que no haya ningún libro que tenga alistados todos los nombres de los dioses…
Podría decirse que hay un dios o diosa para cada uno de los diferentes fenómenos naturales que el ser humano vio ocurrir en sus alrededores desde el mundo primitivo. Los fenómenos naturales y elementos como el fuego, el aire, la tormenta, las lluvias, los terremotos, los árboles, las serpientes, el sol, la luna, etc. fueron considerados desde el principio como algo superior o fuera de nuestro entendimiento. Como ha venido ocurriendo desde los albores de la historia, todo lo que el ser humano no entendía y temía fue considerado un poder sobre natural o ‘Dios’.
Pero entre los distintos fenómenos naturales, se identificaron tres principales: la creación, la destrucción y la etapa entre los dos: la vida, también considerada como un momento en el que necesitamos estar protegidos (ante la amenaza de la muerte o la destrucción).
El ser humano llegó a la conclusión de que el creador, por definición, no puede o quiere destruir; que el destructor no quiere o no puede proteger, que el protector no puede ser el destructor etc. Asi surgió el concepto de la Trinidad Hindú: Brahma (el creador), Vishnu(el protector) y Shiva (el destructor).
Otros dioses pricipales son Rama, Krishna, Ganesha (el conocido dios elefante), Hanuman (dios mono), y las diosas como Parvati (esposa de Shiva), Durga y Kali (formas de Parvati), Laxmi (esposa de Vishnu) y Sarswati (esposa de Brahma). Las esposas de los dioses simbolizan las energías de los Dioses.
Sin embargo, y aunque solamente en la teoría, los hindúes creen que hay solamente un ser supremo y absoluto que se llama ‘Brahm’ y los millones de dioses y diosas son representaciones de ‘Brahm’. Decimos en la teoría porque en la práctica se ha perdido de vista este ‘Brahm’ y los hindúes están más concentrados en los dioses “secundarios”.
La doctrina hindú dice que las prácticas espirituales de una persona deben de corresponder su capacidad espiritual y que uno debe de tener la libertad de escoger o inventar una forma de ‘Brahm’ que satisfaga su deseo espiritual y hacerla el objeto de su oración
TEXTOS SAGRADOS
Las escrituras básicas del hinduísmo que colectivamente se conocen como los ‘shastras’ son esencialmente una colección de las leyes espirituales descubiertas y transmitidas por los santones a través de los siglos.
Los dos tipos de escrituras del hinduísmo se conocen como: ‘Shruti’ o ‘lo escuchado” y ‘Smriti’, “lo memorizado” o “lo recordado”. Fueron transmitidas de generación en generación a través de la tradición oral, antes de que fueran escritas en sánscrito. La literatura ‘Shruti’ se refiere al hábito de los antiguos hombres santos hindúes, que llevaban una vida de soledad y meditación en lugares apartados, donde desarrollaron una consciencia que les facilitó ‘escuchar’ las verdades del Universo.
La literatura ‘Shruti’ tiene dos partes: los Vedas (conocimeinto) y los Upanishads.
- Hay cuatro Vedas: el Rig Veda (el conocimiento real), Sam Veda (el conocimiento del canto), Yajur Veda (el conocimiento de los rituales del sacrificio) y Atharva Veda (el conocimiento de las reencarnaciones).
-Y hay 108 Upanishads, de los cuales se suelen considerar 10 como los más importantes.
La literatura ‘Smriti’ se refiere a memorizar o recordar lo sagrado a través de la poesía y las epopeyas. Son más populares, ya que son más fáciles de entender y explican las verdades universales a través del simbolismo y la mitología. Contienen algunos de los cuentos más bonitos de la historia de la literatura religiosa mundial. Las tres lecturas ‘Smriti’ principales son:
- El ‘Ramayana’ que cuenta la historia y aventuras de Rama, una encarnación de Vishnu, quien rescata a su esposa Sita tras ser raptada por el demonio Ravana.
- El ‘Mahabharata’ que cuenta la gran batalla que se disputó entre cinco hermanos y sus cien primos, los buenos y los malos. Es una metáfora sobre la lucha del bien contra el mal, entre otras muchas reflexiones.
- El ‘Bhagavad Gita’ o el canto del señor. Forma parte del ‘Mahabharata’, y tiene lugar justo antes de que empiece la gran batalla. En ese momento uno de los cinco hermanos (Arjuna, el gran arquero) pierde las ganas de luchar contra sus propios primos. En este momento, Krishna, encarnación de Vishnu y auriga de Arjuna, le da un sermón en campo de batalla. El ‘Bhagavad Gita’ contiene las filosofías más profundas del hinduísmo, como la reencarnación, karma etc.
RAMAYANA
Es una de las obras más importantes de la India antigua. Pertenece al subgénero literario de la epopeya, y está compuesto por 24.000 versos, divididos en 7 volúmenes. Fue compuesto aproximadamente en el siglo III a. C. Conocido ampliamente gracias a sus numerosas traducciones, el Ramaiana ha ejercido importante influencia en la literatura india. Narra la historia del viaje de Rama, un dios hindú.
Dásharatha, rey de Aiodhiá, tiene tres esposas y cuatro hijos. Rama es el mayor, hijo de Kauśalya. Bharata es hijo de Kaikeyi. Los otros dos son gemelos, Lakshmana y Satrughna. Rama y Bharata son azules.2 En Mithila, una ciudad cercana, vive la hermosa Sita. Cuando llega el momento de que Sita se case, se plantea una prueba a los pretendientes: los príncipes deberán ser capaces de levantar un arco gigante. Nadie pudo alzar el arco como Rama, que no solo lo alzó sino que además lo partió. Así fue como Sita eligió a Rama como esposo, ante las miradas de decepción de los demás aspirantes. El rey Dásharatha decide dejar el trono a su hijo Rama y retirarse al bosque para buscar moksha (la liberación espiritual). Todos están contentos con la decisión, que está de acuerdo con el dharma. Al retirarse Dásharatha, establece que su hijo mayor asumirá el puesto de gobernante. Todos están de acuerdo, excepto la segunda esposa de Dásharatha, que pretende que sea su hijo Bharata quien gobierne. Así es como, valiéndose de un juramento que años atrás hizo el viejo rey, le convence para que corone a Bharata y destierre a Rama al bosque por catorce años. El rey se ve obligado a cumplir su palabra y Rama, siempre obediente, se retira exiliado al bosque. Sita convence a Rama de que su lugar está a su lado. También su hermano, Lakshmana, lo acompaña. Bharata se siente muy disgustado cuando se entera de lo que sucede y se dirige también al bosque donde reside Rama para forzarlo a regresar a la ciudad. No obstante, éste se opone, argumentando que deben obedecer a su padre. Así, Bharata se despide de su hermano con un abrazo y vuelve a Aydohya. Los años pasan y Rama, Sita y Lakshmana son muy felices en el bosque. Rama y Lakshmana destruyen a los rakshasas (criaturas del mal) cuando interrumpen su meditación. Un día, una princesa rakshasa intenta seducir a Rama. Su hermano, Lakshmana, la hiere. Ella regresa donde su hermano, Rávana, el gobernante de Lanka y le habla sobre la encantadora Sita. Rávana idea un plan para raptarla. A sabiendas del aprecio que ella siente por los ciervos dorados, decide enviarle uno como presa de caza para Rama y Lakshmana. Al verlo, ambos hermanos marchan a cazarlo, dibujando previamente un círculo protector alrededor de Sita, que estará segura mientras permanezca en su interior. Durante la ausencia de Rama, Rávana se deja caer por el lugar adoptando la forma de un mendigo que busca comida. Sita sale del círculo para procurársela y Rávana la rapta. A Rama se le rompe el corazón cuando regresa y no puede encontrar a Sita. Un ejército de monos se ofrece para buscarla. Rávana ha llevado a Sita a su palacio, pero no puede obligarla a convertirse en su esposa. Sita ni siquiera lo mira, pues solo piensa en Rama. Jánuman, general del grupo de monos, que posee la capacidad de volar, se dirige rápidamente hacia Lanka, donde encuentra a Sita. Antes de que Jánuman pueda salir, los hombres de Rávana lo capturan y prenden fuego a su cola. Con parte del pelaje ardiendo, Jánuman huye saltando por los techos de las casas e incendia Lanka. Llega hasta Rama, a quien informa sobre la ubicación de Sita. Rama, Lakshmana y el ejército de monos construyen un puente desde la punta de India hacia Lanka. Por fin, se enfrentan Rama y Rávana. Tras eliminar a algunos hermanos de Rávana (entre ellos Kumbhá Karna), Rama logra aniquilar a Rávana disparándole el arma brahmastra. Rama libera a Sita y juntos regresan a Aiodhiá, donde el pueblo y Bharata proclaman a Rama como su nuevo rey. Se acusa a Sita de haber cometido adulterio durante su cautividad. Ella se somete voluntariamente a la prueba del fuego para dar testimonio público de la integridad de su pureza, pero Rama aduce que el rey no solo debe ser puro, sino que debe parecerlo, por lo que envía al exilio a Sita (a pesar de su inocencia). Ella se refugia en la ermita del escritor Valmiki (supuesto autor del poema), donde da a luz a dos hijos gemelos de Rama, Lava y Kusha, que se convierten en discípulos de Valmiki y crecen sin saber quiénes son. Valmiki compone el Ramaiana y enseña a los gemelos a cantarlo. Más tarde, Rama lleva a cabo una ceremonia ashwa medha yagña (sacrificio de caballo), a la que asiste el sabio Valmiki con Lava y Kusha. Los niños cantan el Ramaiana en presencia de Rama y de una numerosa audiencia. Cuando Lava y Kusha llegan a la parte del exilio de Sita, a Rama se le rompe el corazón. En ese momento, Valmiki trae a Sita ante Rama. Éste vuelve a rechazarla (como un perfecto esposo hindú) y ella se suicida ante todos, tragada por la Tierra (su verdadera madre, ya que había sido encontrada en un ‘surco’ de tierra).